El proceso de Gamificación tiene un orden concreto a seguir por todas las empresas que quieran desarrollar esta herramienta. Como todo juego ha de seguirse un procedimiento claro. Un proceso de gamificación ayuda a las personas tener constancia de su de sus progresos a través de metas medibles y un camino más o menos marcado marcado. Ayuda a los usuarios nuevos a aprender lo que se espera de ellos y que están aprendiendo y avanzando. A la gente con experiencia le da motivos para seguir adelante al ver que aun siendo veteranos pueden mejorar, aprender y obtener recompensas por esto. Además, ayuda a proporcionar un nuevo contexto a los usuarios para que puedan tomar mejores decisiones.
¿Qué se debe hacer ante un proceso de Gamificación?
Decidir si será interna, es decir para empleados de la empresa, o externa para clientes será nuestro primer paso. No obstante el proceso de gamificación a seguir será el mismo. Lo que variará en caso de dirigirnos a uno u a otro serán las estrategias.
En primer lugar se debe valorar si realizar este proceso de gamificación es aplicable al contenido que se quiere mostrar en cada caso. Es decir si tiene sentido gamificar todos los aspectos, de la compra en caso de clientes, sólo una parte. Y si hay que realizar alguna acción diferente de para unir o crear una estrategia gamificable. Esta parte es quizá la más importante. Ya que una correcta implementación de estrategias de gamificación permite evolucionar la mera conectividad al compromiso. De esta manera se logra que los trabajadores de una empresa, o los clientes participen de manera dinámica y proactiva en acciones que generalmente serían una obligación.
Una vez se ha encontrado la forma adecuada de gamificar una actividad concreta (o varias) Se deben definir cuáles serán los objetivos de la gamificación. A ser posible han de ser objetivos que puedan ser jerarquizados, cuantificados o medidos de alguna manera, para que el participante pueda medir sus logros.
Otros datos a tener en cuenta
Otro aspecto a valorar además de la viabilidad de la actividad, es el grupo al que nos queremos dirigir. A nuestros trabajadores, a nuestros clientes, si queremos dirigirnos a un sector más concreto de estos últimos… Por tanto, se debe conocer la predisposición y el perfil de un grupo para llevar a cabo la gamificación en una actividad, esto puede analizarse incluso con sistemas geolocalización si queremos concretar aún más datos sobre nuestro público objetivo.
Una ver si conocen estos datos y se ha comenzado con la definición la estrategia esta debe Implementarse. La implementación es sopesar qué relación existe entre la gamificación y el contenido que se enseña de una materia. Por ejemplo Juan Valera Mariscal, autor de “Gamificación en la empresa”, lo explica de la siguiente manera: <<Hay tareas irremediables y que resultan aburridas, por ejemplo buscar errores. Ante eso, Microsoft empezó a premiar la gente que buscaba errores en el código de programación y consiguió mucha aceptación. El “juego” se desarrolló internaiconalmente. Una tarea que antes duraba años y con gente desmotivada se hizo rápido y con gente motivada>>.
Y por último y no por ello menos importante: Analizar resultados, para poder corregir errores. Es imprescindible realizar una evaluación de los resultados de la gamificación, evalúarlos y someterlos a cambios, para que tu estrategia sea 100% efectiva. Medir resultados te permitirá entender qué funciona y qué no funciona, saber con certeza si los retos y recompensas son los adecuados para alcanzar los objetivos, comportamientos que deban ser modificados o procesos que requieran un nuevo enfoque o mayor recompensa, encontrar nuevos talentos…
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